Alguien tenía que ser el primero, por lo que estas tres empresas decidieron suprimir el plástico de un solo uso y dar ejemplo

El supermercado The Clean Kilo es el primer supermercado sin plásticos y sin residuos de Birmingham perteneciente a Tom Pell y Jeanette Wong, que inicialmente tuvo la idea a principios de 2017. Sólo se conocían desde hace unos seis meses y no tenían conocimientos prácticos sobre la venta al por menor de alimentos en las calles. Wong había trabajado anteriormente como diseñador de ropa masculina en Birmingham y tenía cierta experiencia en marketing y redes sociales, mientras que Pell era un doctorado en química como profesor de secundaria.

Antes de abrir la tienda llevaron a cabo un estudio de mercado en el que se exponía el hecho de que las personas estaban abiertas al concepto debido a la contaminación plástica, pero al mismo tiempo dudaban en cuanto a un minorista libre de cualquier tipo de plástico de un solo uso. Finalmente, decidieron lanzar una campaña de microfinanciación para poner en marcha la tienda, por lo que a partir del 3 de diciembre de 2017 tuvieron 45 días para alcanzar su objetivo de £14,607. En realidad lograron recaudar más hasta el final de su campaña, por lo tanto, en junio de 2018, The Clean Kilo se abrió en un amplio local y haciendo bien hasta ahora.

El inventario del supermercado incluye jabones, cosméticos y productos de limpieza del hogar, así como alimentos y bebidas, tratando de abarcar todos los productos que se encuentran en un supermercado normal, excepto el plástico. Los propietarios dicen que los mayores desafíos a los que se enfrentan son sus proveedores, que son más numerosos que los de las tiendas regulares, debido al hecho de que sólo utilizan contenedores. Además, el trabajo alrededor de la tienda es bastante exigente y laborioso, debido a los dispensadores que tienen que limpiar regularmente, también necesitan más personal para ayudar a los clientes nuevos en el concepto. Sin embargo, los dos propietarios creen que las cadenas de supermercados también podrían quedar libres de plástico con el tiempo, y de esa manera, según Pell, “harían más fácil para tiendas como nosotros obtener una mejor gama de productos” ya que los productores estarían bajo presión para adaptarse a envases sin plástico.

El siguiente es Mossgiel Farm en East Ayrshire, que se convirtió en libre de plástico en enero de 2019, el actual propietario, Bryce Cunningham, se hizo cargo de la granja en 2015 después de que su padre y su abuelo murieron en un año. Bryce llegó a casa después de trabajar durante diez años como gerente de equipo de servicio con Mercedes-Benz en el oeste de Escocia y volvió a poner la granja en marcha.

Después de que el precio de la leche se derrumbó y tuvo que vender muchos activos para cubrir los costos bancarios, pensó en hacer algo diferente, y pensó que eso significaba ir orgánico. Dejó de usar piensos industriales y fertilizantes y puso a la manada en una dieta exclusiva de hierba vendiendo el lechero y la crema en cajas de plástico. Pero más tarde decidió llevarlo aún más lejos y en junio de 2018 inició una campaña de microfinanciación para comprar 35,000 botellas y 1,200 cubos de leche reutilizables. Logró alcanzar su objetivo a mediados de agosto y en enero de 2019 Mossgiel estaba libre de plástico.

El tercer negocio en el Reino Unido sin plástico es el restaurante Spring en Londres. Skye Gyngell, la propietaria, decidió en enero de 2018 cortar todos los plásticos de un solo uso del restaurante. Dice que empezó a comprar tapas para cubrir la comida y se deshizo del film de plástico. Más tarde extendió su campaña libre de plástico más allá del restaurante y comenzó a trabajar con proveedores que acordaron llevar carne cubierta con papel en cajas de cartón y pescado en cajas de plástico reutilizables. El restaurante también utiliza pajitas hechas a base de plantas en lugar de plástico a base de aceite, aunque está considerando cambiar a pajitas de metal. Sin embargo, Skye dice que aún no encontró una solución para bolsas de basura:

“En casa probablemente podrías vivir sin bolsas de plástico y simplemente poner tu basura directamente en los contenedores afuera. Pero nunca podríamos hacer eso aquí: estamos en un edificio catalogado como Grado I, con enormes regulaciones de salud y seguridad y un fideicomiso a cargo de todos los residuos. La alternativa que hemos decidido es reciclar en lugar de bolsas biodegradables, que terminan en vertederos”.

Fuente: theguardian.com