La crisis económica en Grecia afecta a la salud mental de sus ciudadanos
La crisis financiera en Grecia afectó a la población y exigió que el gobierno tomara medidas para manejar mejor los problemas de salud mental
Las consecuencias de la crisis financiera en Grecia se vieron en los cientos de miles de empleos perdidos, el aumento de los impuestos y la disminución de los ingresos. Este tipo de consecuencias también pueden afectar el bienestar de la población, que se observa principalmente en la salud mental general del pueblo griego. Según expertos en salud y diferentes estudios, las tasas de depresión y suicidio crecieron exponencialmente durante la crisis de la deuda griega.
A medida que aumentó la vulnerabilidad de las personas al suicidio, también lo hizo el hacinamiento en los hospitales psiquiátricos y clínicas. Se pudo observar un aumento del 30% en las llamadas a las líneas directas de suicidio, así como un aumento del 40% en suicidios entre 2010 y 2015.
En noviembre del año pasado, el Ministerio de Salud de Grecia reunió un comité de expertos en salud mental para preparar campañas de sensibilización y hacer planes para garantizar que todas las zonas de la capital cuenten con al menos un hospital o clínica psiquiátrica, así como para capacitar a médicos generales para detectar mejor la depresión y otras enfermedades mentales cuestiones de salud.
Las personas afectadas por enfermedades mentales son generalmente personas desempleadas que ya no pueden cuidar de sus hijos, mayores de 40 años, sin signos previos de enfermedad mental. Los médicos y las enfermeras también se sienten abrumados, en Dafni, uno de los principales hospitales psiquiátricos de Grecia, dos médicos tratan juntos a unos 35 a 40 pacientes, mientras que algunos médicos y enfermeras trabajan en diferentes centros.
A pesar de que el gobierno griego está abordando las carencias del sistema de salud, los expertos en salud dicen que mientras el desempleo, la deuda y la inseguridad siguen presentes, también lo hará la crisis de salud mental.
Fuente: nytimes.com